Tu corazón de pata,
nadie lo ha querido.
Si fuera una rica cepa,
no estaría afligido.
Mas todos son ingratos,
porque no a todos les alcanza,
conquistar un corazón de especie,
y vuelven arrepentidos.
Con el sentimiento frustrado,
llorando y decayendo en el suelo,
pero fuerte y con fervor, sintiendo tu consuelo,
con el corazón herido.