Lección & cicatriz.
Solía estar con la mirada baja siempre, hasta aquella noche en la que te volví a ver y con otros ojos te mire.
A pasado más de un año desde entonces y debo confesarte que tristemente me enamoré de tí.
He amado tu forma de ser, tu piel, tu boca, tu sonrisa.
He deseado perderme en ti con la facilidad que un niño se pierde en un laberinto, mientras ha pasado el tiempo he amado tus silencios, tus secretos.
He amado de ti que no seas perfecta y que cada día que pasa seas distinta, sin dejar de ser tu misma.
He amado tu seguridad ante ti misma y sobre tus decisiones pero también he amado los días de inseguridades que haz decidido compartir conmigo.
He amado y admirado tu pasión por ayudar a los demás, tu entrega.
He amado hasta tu ausencia, el poco tiempo que me dedicabas, mientras no estabas te encontraba siempre en mis escritos y es ahí, en ese montón de letras y palabras en donde quise meterme y quedarme contigo, he amado tus apariciones en mis sueños, he amado tu cabello, tus decisiones de cambiarlo de color, te ame pelirroja, te ame con tu cabello castaño, te ame a ti, sin decírtelo, gritandolo mentalmente mientras compartía contigo nuestros momento mas íntimos, a cada rato, sin que puedas oírme por estar encerrada en tu silencio.
He amado que tú y yo seamos tan diferentes, tu nula necesidad de dejar de ser como eres, sin otro propósito que hacerme ver el mundo de otra forma.
He amado tantas cosas en este último tiempo, todas tuyas.
Tu singular pasión por los detalles, las veces que necesitaste escribirme y no lo hiciste, el que hayas notado más de una vez toda la atención que te ponía.
He amado de ti, tus palabras, tu desesperanza, tus malos ratos, yo a ti te ame desde aquella vez que corrimos juntos por tu abue y mientras lo hacíamos veía y admiraba tu preocupación incondicional por quienes amas de verdad.
Me enamoré, te he querido desde hace ya bastante tiempo y aún que ahora te vas quizá lo siga haciendo, es una decisión de la cual no quiero desprenderme, por que eres única y aún que ya no estés y no pienses en volver yo seguiré aquí amando tu ausencia y tu forma casi despiadada de hacer que te recuerde.
Será difícil olvidarte, mi mente actualmente está vuelta un desastre, ahora lo único que queda es dejar de pensarte, será inevitable sacarte de mi mente, cada beso, tu mirada, tu cabello, cada parte de tu cuerpo.
Pero entendí que ya no te sientes bien aquí y mi mayor deseo para ti es que seas feliz, lamento no haber sido suficiente, de verdad lo siento, ahora que todo esto llego a su final te deseo un buen comienzo.
Todo termina, es algo realmente natural en esta vida, cuando algo es para ti lo será toda la vida y si no es así, solo quedarán lecciones aprendidas, vivencias que te harán sentir vivo y otras que dolorosamente se transformarán en heridas.
Se que pertenezco a mujeres sin nombres, allí es donde me refugiaba antes de conocerte, me siento un tonto al pensar que una mujer como tu podría fijarse en un bastardo como yo, es aquí donde la vida me enseñó una dolorosa lección.