¡Servir a la patria es un deber sagrado!.
Por Dios querida, hoy poco servida
y mañana seguramente herida
de muerte. Su veneno le ha alcanzado.
Como Titanic su muerte se ha clavado
entre personas con una espina sin sentido,
votos de partitocracia que han cumplido,
y a nadie le importa porque cree que no ha pecado.
¡Servirla como circo que no quiere la cosa;
Dios olvidado y sagrado deber a escondidas;
fachas por doquier en expansión clamorosa!.
¡Un deber sagrado a gentes con mentes dormidas:
¿cómo, oh Dios, salvar a mi patria desdichada?.
Servir a la patria cuando ésta está olvidada!.
NACHO REY