Mi espacio no lo tengo, ha desertado,
y vivo en el plañir de tu carencia.
Desde que tú no estás, desde tu ausencia
mi corazón se siente desbocado.
El calvario que sufro en mi costado
es de animal herido una dolencia.
Mi cielo es tempestad; mi penitencia
llorar bajo el olivo que he sembrado.
Sufro pena de amor y esta congoja
hace que yo me sienta diminuto.
Mi corazón sin ti, ya se despoja.
He ofrecido a la vida mi tributo:
ser hijo de la pena, y que me acoja
el resto de esta vida que disputo.
J.S.S
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