Fue un dieciséis de mayo
cuando Alejandra nació,
la alegría fue tan grande
que la vida nos cambió.
Siendo educador activo
solicite mi jubilación,
para cuidar de mi hija
con mucha dedicación.
El tiempo no se detiene
y nuestra hija iba creciendo
y cada día que pasaba
la íbamos consintiendo.
Además de consentirla
no le faltó protección
y la educamos para la vida
con mucha dedicación.
Tenía diecisiete años
cuando de casa salió,
a estudiar odontología
que exitosamente culminó.
Es una mujer madura
bella y muy inteligente,
es orgullo para sus padres
ahora y eternamente.
Autor: Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,16/05/2022.