El cielo se cae en miles de pedazos.
Llueve tan groseramente fuerte
Que mi cuerpo siente latigazos.
Sé que soy agraciada por tener manto,
Aunque a veces quisiera donar mi piel,
Y que fuera otro el que viviese esto que paso.
Las primaveras están muertas y habito
En el invierno eterno del círculo Craso.
Me descuartizan los sentimientos amargos
Me inunda el miedo, sí, el inevitable miedo a lo malo.
El desespero se sienta a mis pies cada vez que la luz apago, y me mira de reojo agitando su vara de mago
Ya me he acostumbrado a las rutinas de sus engaños,
A veces me consede deseos, otras me manda al tártaro.
Las primeras están muertas igual que quien escribe estas líneas, muerta en vida sí,
Ahogada murió en llanto.