Xabier Abando

Divina marquesina


Los mendigos sin techo la han tomado
y allí pasan las noches, de ordinario, 
hollando ese rincón que ha cobijado
esperas, en tu tránsito dïario.

Ni un mal ramo de flores agostado,
tampoco algún sencillo relicario,
 
ni velas en tu honor, por ningún lado,
dan cuenta de ese sitio extraordinario,

Ni huele allí a ese incienso tan fragante,
indicio de algún culto milenario,   

ni tiene alli cabida un triste estante,   

en donde colocar un incensario.

Tampoco una leyenda se ha prestado 
 
a dar cuenta del hecho al vecindario,

oculto a aquel que pasa apresurado

y a aquel que la frecuenta como usuario.

Y fue esa marquesina tan honrada
 
por tu crónico paso itinerario,

que merece, en verdad, ser declarada,
en tu honor, como un nuevo santuario,

no al modo de ningún templo sagrado,

no cabe aquí ni altar, ni campanario,

ni curas con su culto trasnochado,

ni viejas de mantilla y de rosario.
 
Xabier Abando, 20/07/2016