Con una rosa en la mano
y otra flor en la solapa
tu hermoso amor me traslapa
y enardece mi pasión
porque en mi pecho palpita
la sangre que va en mis venas
con tu aroma de azucenas
que acaricia el corazón.
Y en mis ojos se dibujan
tus paisajes amorosos
con tus ojos tan hermosos
amarillos como miel
como luz que matutina
brillante siempre se extiende
que hasta mi fervor enciende
erizándose mi piel.
Y si amarte es un pecado
sin reserva y sin medida
yo te entregaré la vida
aunque sea un pecador.
Y estaré siempre contigo,
superando las barreras
porque voy a donde quieras
aunque peque por amor.