Se esconden los maestros
Permaneciendo al frente nuestro
Practicando genuflexiones ansiosas de luz
No jugaremos más con el pasado
Ya no tomaremos figuras antojadizas
Ni haremos ese viaje hacia dentro
Volviendo a ver y escuchar
La señal perfecta está en nuestras narices
La antorcha arde por nuestra sombra
Los insectos acumulan su aleteo
Entre vigilancias temporales
Existen tantas formas de caminar
Por más que solo nos conformemos con ser llevados
Y las corrientes juegan con su hojarasca y sus velos
Todo se erosiona en la medida de su atención
Quisiéramos caminar juntos
Hacer cantar a los árboles guardianes
Y ya no encontrar a los maestros
Sino darles cobijo en el frenesí de nuestro corazón