No serás barco hacia otras tierras. No María.
No seré tripulante que se acobarde.
Serás mar eterno; amor; vela infinita.
Yo no sé de estrellas María. Ni de viento... soy consciente.
Sin brújula me lanzaré a buscar lo que tú buscas, ese borde dónde acabe lo desconocido.
Dónde pueda tú barco hundirse, dónde pueda yo caer al profundo vacío celeste. Y yo no sé nadar María. Seré cobarde por no tirarme a tierra, pero hoy a tú sin destino voy a acompañarte.