No esperaba ser atravesado
por una saeta moza,
rompiendo lo cotidiano
lo que esperaba razonable
porque tú y yo
porque tu amor y el mío,
no son razonables.
Ni las palabras que intentan describirnos
ni el lenguaje que brota del espíritu
pronunciado por labios insondables, como mares,
o el pensamiento abisal
donde se coronan las imágenes,
que juntos dibujamos sobre la greda
sobre la tierra que nos ha dado el derecho a germinar
como vástagos sin nombres
No esperaba, besar tu alma, sin labios,
sin humedad vivificante,
para que me volvieras hombre
abrazando la esperanza
sin brazos, sin manos,
volviendo con el latido
guardado en las pupilas
y tu aroma de jazmín
como derecho de ensueño
irrazonable
Porque tu amor y el mío, no son razonables,
no tienen condición de edades
o tiempos cotidianos.
Yo viajo por tus ojos
tu caminas por mis párpados
soñando con los cambios,
que nos permitan escribir poemas rebeldes,
como si la seda fuese crisis
y la tormenta oasis.
No esperaba que fueras culta
para juzgar mi incultura
Donde estarás, amor mío,
cuando me eleve sobre los miedos
y deposite en el campo mi soledad y el olvido,
como recogerás las flores que te entregan mis lunas
cuando mis palabras ancianas nos dejen sin estaciones
y se rompan los perfumes y callen las palabras
dónde estarás, si no esperaba
olvidarme de quien era.
Donde estaré, amor mío,
cuando en mi boca pagana
se pronuncie lo que siento,
cuando profiera palabras
que transmutan en sonrisas
y la mano inocente descubra tu figura
cobijada de noche, adornada por estrellas
donde estaré, si no esperaba
gritar desde el alma, Amada