Es la voz de mi silencio,
esa sabia reflexión,
una ley que me marcó
y sin duda yo obedezco;
experimentado consejo,
que me ilumina cual sol,
que me alivia del dolor:
errores que siempre tengo;
es tu mano padre mío
la confianza para andar
por el más recto camino;
eres mi mejor amigo,
del cielo, sutil auxilio:
eres mi viejo querido...