Me cabreo Contigo,
pero no existes.
Te doy muerte en mi adentro,
pero no existes.
Lloro de rabia contenida:
blasfemo contra Ti,
pero no existes.
Te echo fuera de mí,
pero no existes.
Me enfado,
pero no existes.
te echo en cara mis males,
pero no existes.
Contigo, Abba, discuto,
pero no existes.
De Ti reniego,
pero no existes.
Te ahogo entre mis manos,
pero no existes,
y te maldigo,
pero no existes.
Eres en mi corazón de hijo,
pero no existes.
No digas no,que existes:
te han existido
y te hacen existir
-el hombre te ha hecho existir-.
(Si existieras,la Iglesia
otra sería,
lejos de la parafernalia,
que la sostiene.)
(salvador)