El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados.
Sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo.
Y después, cuando le quitan la venda de los ojos,
puede mirar al pasado
y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido.
Milán Kundera
Cuánta humildad es necesaria... No posee límites. Si no es por los demás, no se viviría. Cada irreverencia, fantochada, salida de madre,... es un golpe de estulticia; se está consciente, a veces; los impulsos, las bravatas, las emociones, las imaginaciones, los supuestos, los prejuicios, mucho egoísmo, arrastrados por la corriente milenaria nos conformamos; la tarea es reinventarse no contra la corriente, sino fuera, alejado definitivamente. Los grandes hombres intentaron todo, entregando su vida; pero dentro de los parámetros establecidos primariamente, así transcurre el ayer y el hoy en las sociedades, filósofos, teólogos, sociólogos, líderes, reyes, emperadores, pueblos, revolucionarios, reformistas,... en más de lo mismo. La justicia, la guerra, el deterioro progresivo del planeta, los sistemas políticos, económicos, sociales... son sólo síntomas. Dónde ha habido verdadero cambio es en la física, matemáticas,... ciencias, artes; pero estas son sólo herramientas. No constituyen la convivencia social. Si se continúa esta marcha, la destrucción alcanzará el punto del colapso.
La pregunta es, cuáles serían las formas de relacionarnos si partiéramos nuevamente desde cero.
Con la ayuda de la tecnología, super computadoras, más algunas experiencias ya realizadas, modo de vida de ciertas tribus que viven en armonía entre sí y con el medio ambiente, obtendríamos respuestas coherentes, aplicables, ciertas,...
Aunque posiblemente sea tarde