Musa de los risos dorados sin final,
niña, con la mente de Atenea
permiteme que tus castaños ojos lean
estas líneas, que a un enamorado has de inspirar.
Mujer de belleza fácil de apreciar,
de una personalidad imposible de describir,
con una sonrisa capaz de lograr
que hasta el mas desdichado deje de sufrir.
Paloma de albo plumaje como tu alma,
Que sin mancha alguna, por el lodoso mundo va,
con una seguridad, que valor inalcanzable le da,
y una ternura, que hasta en el infierno brinda calma.
Rosa andina sin espinas al amar,
en tus dos cristales, el sol riela,
por las noches la luna se desvela,
acompañándote en tu dulce trajinar.
Princesa de un cuento diferente,
única autora de tu propia vida
en Cajamarca, del Inti y la Killa nacida,
y con un futuro, por demás prominente.
Mi Lira seguirá cantandote, bella,
melodias y poemas, a tu corazon añorado,
y al fin callará mi canto enamorado,
el día que tu cuentes la última estrella.
Angie, doncella cual diosa Afrodita,
Minerva tu pensamiento y sabiduria envidia;
Observa silenciosa del mundo su perfidia,
Encuentra tu paz y ¡Vuela!, linda crespita.