Yo siembro razones en el viento de la noche,
Vendo mi cuerpo a los perros cada Luna.
Corazón sangrante , boca dulce y tierna,
Mi garganta aprende... aúlla igual que suspira.
.
Yo maltrato mis dedos poéticos,
Torturas de mil latidos ,
Hasta que confiesen la belleza.
(Ellos no te niegan , te protegen)
Allende los silencios afilados,
Encuentro siempre a quien mata y resucita.
(En mí mismo)
.
Yo no vengo la sangre derramada,
Ni a quien me dio su boca y su silencio.
Ambas vivirán por siempre secretas
Junto a mis diez nardos sonrojados,
Tiernos, como el amor mismo
Que nunca se extingue,
Siempre espera impaciente.