Pongo sobre tus manos mi corazón deshecho
ya sin fuerza, sin vida. No tiene precio alguno.
Lo mantuve con amor muy adentro del pecho
pero ya lo he sacado por coraje de ayuno.
Está muy desahuciado, no tiene dónde estar,
el silencio es testigo de cada sufrimiento.
Mi cuerpo está vacío muy punto de expirar,
toma, te lo regalo; dale tú el sentimiento.
Samuel Dixon [02/07/2022]