En algún lugar de este mundo será preciso crear
un espacio para que la luz disipe las fuerzas del mal
sin renunciar a la esperanza, sin temer al desencanto
Es tiempo de recuperar una fe perdida que se esfuerza
por seguir luchando en un tiempo carente de valores,
y dotado para el consumismo.
Quiero pensar que en ese espacio de paz se acoge,
por que de lo contrario, nos tendremos que enfrentar
a la mirada de un niño y el grito de impotencia de
una humanidad fallida.
Es preciso dejar a un lado la locura y recuperar la sensatez
para que se vuelva a navegar por el camino de la justicia
que no conoce de estigmas sociales y desea la igualdad
para proclamar un, no rotundo, al crimen silenciado y la barbarie.
Ese es el deseo del hombre que ama la paz, ya que no podemos
consentir que se siga defendiendo en pleno siglo XXI, la utilización
de las armas por encima de la palabra.
Hoy extiendo mis brazos con dirección hacia el cielo y alza mi
bandera en señal de paz.
Lauropolis