Reniega el rucio altanero
de quien le muestra el camino,
acostumbrado al sendero
del dueño de su destino;
el mismo que lo condena
y su despensa rellena
con talento y picardía;
pues bien sabe que al rentar
poca chicha ha de sacar
de una barriga vacía.
...
Frente a tormenta y calima
nadie, con nadie es igual;
decida pues, cada cual
al sombrajo que se arrima.
~