Pasaba muy de prisa
Por la acera de tu casa
De pronto una sonrisa
Recordó un eco divino
Encantador y coqueto
Entre inquieto y ebrio
Me dije es su sonrisa
Regresé y miré atento
Eran tus ojitos de cielo
Esas mejillas rosadas
Y esa boquita de miel
Sonreíste nuevamente
bastó con oír y mirarte
Para que reviva la llama
Del amor adolescente