Los lunes me sonrìen con su cielo y su prisa,
yo me detengo para dejar alguna huella en ellos,
Y no los juzgo por ser los primeros, los acompaño,
los pienso inconmensurables impredecibles y dejo
para los remolones, la añoranza; para los madrugadores,
tallo un sol si llueve y un arco iris si para.
Los lunes y yo nos comprometemos a enseñar y enhebrar palabras,
quièn sabe si ellos se sumen o se olviden, algo harè despuès del alba.
Me juego por ellos, me enciendo descalsa, en la tierra de Eva
regreso a esa casa; tal vez sean martes algùn dìa en que la infancia
se asome y devuelva mis palabras, mis primeros pasos, mi nogal,
o los lunes sean recuerdos que se acopien para que me los lleve en una caja.