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¿Será tal vez que todo cambia?

Primer domingo de Julio …y amaneció nublado,

se escucha un ligero goteo en el tejado…

y el frio rodeando el entorno…

abrazando este ambiente desengañado.

 

El cielo afuera…de un gris tendiente a fosco…extensamente sombrío.

 

Los arbustos retraídos… congelados…casi paralizados.

 

Y aquí adentro, un sentimiento impreciso…sin causa…como esquivo,

con su aflicción ya habitual,

con esa melancolía acostumbrada…

sin más ganas que escapar de la rutina.

 

Otro domingo desconsolado…que despierta moribundo…

sin emociones… se hace notar agonizante,

con la soledad envolviendo mi tozuda humanidad…toda desalentada,

y un silencio agobiante que interrumpe al mismísimo aliento,

que desacelera los latidos…y adormece los intentos.

 

Domingo de julio sin colores…que emerge de añoranzas inconclusas…

sobre recuerdos incorregibles…que aturden.

 

Domingo que languidece prematuramente…sin dar espacio a la esperanza.

 

Amaneció triste…es innegable,

y afuera llueve,

se va escurriendo de aguacero la mañana…

y se escucha como suave tonada la inclemencia.

 

Las hojas de las matas parpadeando…con singular ritmo…

danzando bajo la borrasca…

se dejan ver contentas,

y el verde natural de la campiña se refresca.

 

¿Será tal vez que la incertidumbre de unos…es el hálito de otros?,

¿será quizá que a pesar del vendaval…el tiempo así nos reconforta?,

¿será que esta nostalgia agobiante es pasajera?…

¿que, así como la tempestad pasa…pasa la angustia?,

¿qué es cuestión de un “tanto de paciencia”?…

¿y que el sol está esperando ansioso… detrás de tanta bruma?

 

Seguramente debe ser que esta ansiedad…fue necesaria…

para quitarme la venda de los ojos.

 

Probablemente mañana será un día diferente...

¿Será posible?

¿Será tal vez que todo cambia?