Que la sonrisa de un niño sea la puerta al bien.
Que la batalla de un joven sea la dicha inquieta.
El niño por inocente camina sobre un edén,
el joven por intrépido mutila su propia treta.
Que la dicha de un adulto combine las maravillas;
que la sabia de un anciano susurre filosofía:
El niño y el joven ríen de toda sabiduría,
adulto y anciano piensan hasta las cosas sencillas.
Samuel Dixon [04/07/2022]