Has ingresado a mí poesía
con un lenguaje sin palabras
con los gestos en tus manos
y el horizonte en tu mirada
has ingresado como tremor sutil
de besos que no olvidan los labios
de abrazos que no dan espacio
más que para el nombre entre nosotros
Estás aquí, esperando la marea
de latidos en tu pecho
recogiendo las espumas de la entrega y el deseo
cuando la luna nocturna, ilumina tu figura
reflejando la sombra del anhelo y los sueños
olvidando los temores,
hasta amanecer en mi lecho
Te bese, olvidando los labios
te abrace, olvidando mis brazos
escribo nuestra historia, sin letras, sin nombres
confesando los sentimientos
entre espinos y nardos
esperando tu mano
para enlazar la vida
¿Qué perderemos, alma mía
si nos arrojamos al campo?
si me entregas un tímido beso,
con tus ojos de encanto
Y te ofrendo mi latido
para que alcancemos la nube
¿Qué perderemos, alma mía,
si llegamos al atardecer para cerrar nuestros párpados
y descubrimos el amanecer con una sonrisa y un canto?
Dame tu mano entonces
toma mi alma a cambio.