Antonio Jose Alcada

un mar de silencio

 

Dondequiera que miro solo veo silencio.
¿Qué hacer en este escenario vacío donde sólo puedo declamar?
Apoyado contra la pared siento el sonido más fuerte.

Como para ahuyentar el silencio.

¿Por qué el silencio no nos hace compañía?

Porque el silencio no nos calienta.

Vivir así es sentir la conciencia de la soledad.

¿Será tristeza?
No creo. El silencio es tan neutro que vacía nuestras emociones.

Incluso podríamos imaginar el amor prohibido.

Pero el silencio es duro. Bloques con racionalidad. De hecho,
solo recuerdo el silencio en los cementerios o en los viejos pueblos.
Cerrando los ojos, escucho la respiración.

En un suspiro que contradice este sentimiento enfermizo de estar solo