Freddy Kalvo

¡Volvió la primavera!

A la orilla del camino

estaba un árbol tirado

con su tallo avejentado

¡Pobre de aquel soto encino!

 

Era de color genuino

y su tallo, anacarado,

luciendo muy corrugado

y aún con signo verdino.

 

Le llegó aquel triste otoño

el que nunca nadie espera

porque fuerte era el lodoño

 

e impensable que muriera.

Pero de él brotó un retoño

¡Y volvió la primavera!