Camino sobre cristales rotos
y no tengo miedo al dolor que por mis pies vomitan sangre negra a chorros descontrolados.
No puedo olvidarte, creo que es un pecado sagrado, pues hay enfrente a mi casa una estatua de mármol que cuando la miro me recuerda cuando nos amábamos tanto.
Aún recuerdo la primera vez que te vi, no me lo podía creer, había soñado contigo muchas noches seguidas, y entonces comprendí que era el destino el que hablaba, como podía comprender lo que me decía si aún no te conocía ni formabas parte de mi alma.
Nuestro amor lo sueño aún muy despierto y no quiero cerrar los ojos, para que no sé cierren, los sujeto con mucho cuidado con alfileres de Plata y Oro.
Este sentimiento que por ti siento lo llevo como un puñal clavado en mi pecho, no puedo dejar de sentir el olor que desprendía tu desnudo cuerpo y yo me volvía completamente loco.
Manuel Lorente
Seudónimo
Mael Lorens
Reservado el derecho de Autor Julio 2022