Ben-.

Poesía impura-.

No menciono aquí la poesía pura:
mirad, si no, aquella arteria difusa,

pero partida. O las luces acuáticas

donde se disfrazan los labios de los

oportunistas, las bestias que ejercen

su derecho de pernada, con argumentos

bastante sólidos. No, no me hables

de los matices puros de una destilación.

Que el sol sale cada día, o que la nieve

emerge fugaz como un resplandor,

lo sabemos ya todos. Mira la palma

de tu mano, o la mía. Y aún así, observas

tu propia desdicha, semejante en el espejo

cotidiano. ©