Ese pasado se materializa
en formas vociferadas, imposible de domar,
y las lágrimas que se reprimen se vuelven
hasta cierto punto difíciles de contener,
entonces el estrado para apoyar el pie
simplemente se diluye,
y las pesquisas llenas de ansiedad claman por ser atendidas
pero jamás salen de su encierro,
cual fantasmas sin vestiduras ni calzados
cuyos alaridos no tienen resonancias,
y en sombras de poca densidad
se esconde lo que no se puede tocar.