Mi espíritu renace con cada cambio
con cada pensamiento con el amor,
subiendo a la cumbre de una colina,
mientras este mundo insensible y helado
se cubre los ojos para no ver el rostro
de aquellos que claman justicia.
A veces a los nocturnos demonios
entrego mi ser, congojas que envilece
y otras veces en las que solo
existo yo y mis pensamientos.
En noches de silencio
solo yo y mi soledad
mi vida una pesadilla
el sufrimiento y la realidad.