Luna hermosa, luz de plata
y a veces de mantequilla,
como luz de la cerilla
que densa oscuridad, mata.
Dime dónde fue la ingrata
navegando en su barquilla,
si iba alegre o con rencilla
porque mi dolor desata.
¡Cómo echarla yo al olvido
si ha robado mi alma entera
que encontrarla yo quisiera
en el mar que se ha perdido
porque el corazón partido
ya no aguanta tanta espera!