¡Mentiste tantas veces! Te perdono
pues no quise escuchar a la razón,
me engañó por completo el corazón,
eras un rey y estabas en mi trono.
Languideces sin tiempo, con encono
y aquieto los residuos de pasión,
invéntome una extraña diversión,
le doy a mis perfiles nuevo tono.
En las noches suspiro enamorada
(suplicio de quererte en la distancia,
y amarte sin que sea
valorada)
Mi vida no es un acto de inconstancia,
mas gusto contemplar bella alborada
sedienta de otro amor con tu fragancia.