Dices que me conoces
y no me has visto llorando.
No has sentido mi soledad
ni mis sueños de trapo.
No has sabido de mi amor,
de los besos que no he dado.
De todas las horas perdidas,
bajo un cielo gris y nublado.
Nadie conoce a nadie,
aunque pueble tus costados.
Cada uno es una isla en un mar,
donde ahogan los milagros.
Dices que me conoces,
pero nunca me has amado.
La lluvia es siempre lluvia
para quien no se ha mojado.