¿Es una enfermedad
o es un don?
Tratar de aplacarlo
es sólo aspirar
a un fin peor.
Vomito este insomnio
ante el mismo demonio
y así tan simplemente me voy
y no volveré sin previo aviso
a entrar sin código
en los callejones
de mi desesperación,
y me da placer
el hacerlo una y otra vez:
lo que sea por seguir esta ilusión
que me desboca
y me refrena
y da rienda suelta
a mi papel.
Entre las redes del silencio
yo soy otro buscando redención,
condenado
a sin perdón vagar
por la Tierra enfermo
tanto de pena
como de envidia.