David Arthur

Mi  Cenicienta

 

El reloj marcó las doce,

los músicos empacaron para irse,

ajenos al hecho mantuvimos apretados,

sus brazos alrededor de mi cuello,

susurrándome palabras de amor,

recompensadas con un beso.

*

El último baile fue nuestro primero,

por eso esperabamos que nunca terminara.

Nos conocimos por pura casualidad,

miradas de soslayo, un galanteo entre ojos,

nuestras sonrisas animando más intimidad,

acelerando, sin permiso, los latidos de mi corazón.

*

Antes de que pudiera ofrecerme acompañarle

a su casa, se disculpó y desapareció,

dejándome a solas en la pista de baile, perplejo.

Decidí irme, acompañado por la desilusión,

una perspectiva poco agradable

con quien pasar la noche.

*

Como por la varita mágica de un mago,

mi cenicienta reapareció con un aspecto de aprehensión,

pendiente en cuanto a mi reacción,

había cancelado su taxi esperándole,

le dí un beso en labios anhelantes.

En cuanto a la disilusión, la deje abandonada.

David Arthur ©®