Cuando la Inevitable cause pena
y quiera la planicie que en mí habita,
trataré escabullirme si me quita
el poder despedirme en un poema.
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Y si después de todo le interesa
-en la envidia total que le consume-
borrarme el dulce amor que con nobleza
en días felices en pasado tuve
.
Le miraré fingiendo ante mi abrojo
por las torturas que me causaría,
con mirada lenta y frente a sus ojos
le hago una burla en audaz porfía.
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Le entregaré un poema como impacto
a lo mucho que amo su presencia,
haciéndole creer mi complacencia
al recibirle aquí para su acto.
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Y su risa será respuesta luenga,
la podrán escuchar en todo el Hado
y su reír complacerá mi agenda:
.
pondrá al Señor alerta del pasado
que al revisar mi vida verá ofensas,
pero sabrá también cuánto lo he amado.
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Lena@(Melancolia)