Hace más de treinta años
conocí a una joven mujer,
tenía apenas veintiséis años
yo no lo podía creer.
Una atractiva y bella licenciada
que captó toda mi atención
y el flechazo fue tan fuerte
que colapso mi corazón.
Yo tenía cuarenta años
con una gran experiencia
y por la diferencia de edad
debía tener mucha paciencia.
Educada y con valores
de una familia ejemplar,
la hacia muy atractiva
para un noviazgo iniciar.
El interés era mutuo
sin nada que objetar,
iniciando una relación
que nunca va a terminar.
Fue un noviazgo tan bonito
con una hermosa historia,
que le voy a proponer
que si quiere ser mi novia.
Autor: Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,07/07/2022.