Yo no se volar, no me pusieron alas cristalinas.
Yo no fumo de esos sueños despiertos para transpirarlos en el aire citadino;
monstruo que no supo darme alas pero que pudo luchar conmigo.
Además, nunca pude entender el pobre aleteo de los demás con artilugios.
Por eso, tal vez, no me entendí entre el aire vida,
y la carencia de las deseadas alas cristalinas. Fin
Isaias Glez.