Viene del mar... la vida
y en sus olas... mis heridas,
cabalgando sobre la espuma
... mis ilusiones perdidas.
El sol me quema la piel,
sin adivinar que sufro;
la brisa es como la miel
en mis labios moribundos.
¿Por qué te fuiste mujer,
cuando yo te amaba tanto?
¿Por qué llegó el desamor?
¿Por qué me envolviste en llanto?
Si no era un buen amor,
¿por qué me invadiste el alma?
¡Ahora ni la muerte
me devolverá la calma!
El mar cargará mis penas
sobre el lomo de sus olas,
lo sabrán las arenas,
lo sabrán las caracolas.
Y el oleaje ocultará
mis sollozos a la luna,
¡y mis lágrimas vagarán
escondidas... en la bruma!
xE.C.