Sin nido, cayo sin arar en las parcelas,
de aquellos duros y complejos cascos,
el dialectico flujo de los signos.
Arremetido de matices los cancelas
taimados y negligentes toscos,
que a tu traducción: solo los más dignos.
Para luego, cae tu madura incertidumbre
no caben paralelos y sucumbes
al engaño, al disfraz de la promesa…
después las quejas de tu hambre
y junto a seborrea inunda tu ignorancia en nubes
y tu casco de masa encefálica en pobreza. Fin
Isaías Glez.