Esta es nuestra primera vez
en todo en la vida
o casi podría decirse que lo parece
hasta a veces,
las más contadas
que no son sino meros preludios breves
a darse de bruces con lo verdaderamente importante
cuando de supervivencia se trata
en un entorno salvaje
y cada momento es probar a salvarse
lanzándose uno a saltarse incordio las reglas
aunque sea solo naufragar la aventura
en las mieles selectas que se cuece la urbe
aún debajo de todos los pies al unísono
golpeando este suelo que surja la esencia
en olvido dormida
su bestia protectora...
Repentino robársela toda
a los días prisioneros de sí mismos
mejores que esto por supuesto que corren
adversos al verse solo el espejo
en unos ojos nublados que anticipan tormenta
un encuentro irreal
con mi ausencia de un lado más árido
irradiando las penas que este fantasmagórico ángel
de paz asesina de líneas elevándose en fin.