Si en aquella gran lontananza
De tu galope, has llegado al fin
De tus aventuras y distancias.
Deten tu andar, más cerca de mí.
Resuella tan cerca de mi hombro
Con un vaho de bravura.
Tan indómito en el mundo, en mi asombro
Soplas a mi corazón. Con fuerza y finura.
Calma tu trote ventricular, pecho irreverente.
Detén tu marcha hacia nuevas estepas,
Dejame acariciar el tiempo en tus crines
Viajeras. Vuelca tu historia en mis venas.
Tu tan liviano de pies, dejame montar tu lomo.
Dejame acompañarte entre el polvo que levantas
Y que resuene el pisar de tus cascos de plomo
Sobre el mundo que he de dejar atrás.