Intentaré muy humildemente olvidarte,
sé por ajena y propia experiencia,
que el olvido es un proceso largo y creciente,
siempre que no te vea, y viva mi existencia.
Las amapolas de todas formas,
crean nuevas y bellas circunstancias.
Los días generan nuevas vidas,
y los perdedores parece que persiguen sus oscuros fantasmas.
Intentaré ser fuerte, frío, y distante,
tiernamente sensible y errante,
serán uno o dos años o un sextante,
pero la olvidaré, mi corazón me lo exige.
No quiero ni debo ser su amigo,
ni debo estar siquiera cerca de ella,
porque mi amor entonces no muere,
se aferra a cualquier fútil esperanza.
Lo que es seguro es que ya nunca será el mismo,
no me sentiré nunca más invencible,
porque, aunque si te olvidaré,
mi corazón es más pequeño, una parte murió efectivamente.