Corazón loco
que lates a destiempo
y das las horas.
Guarda los sueños
de niños y de hombres
que no maduran.
Y es que este mundo
plagado de utopías
es algo hermoso.
En él hay cielos,
azules y de seda
y otros de plata.
Hay margaritas
que brotan en los campos
y en muchos pechos.
Hay mariposas
que vuelan y que surgen
de tantas almas.
...Y tú enloqueces,
querido corazón,
sin darte cuenta.
Vives deprisa,
compartes esos sueños
y hasta sonríes.
Y yo recibo
la sangre renovada
del nuevo día.
Corazón loco,
latiendo, desbocado,
no me abandones.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/22