clonariel

AMOR Y MUERTE

La muerte me espera,
yo no quiero que lo haga.
La muerte tenaz nos llega,
seco sueño que lento
acerca su mano de nieve negra.

 

No deseo aún la muerte
que venga con guirnaldas
de ceniza y escarchas perennes.
Aún debo amar lo necesario
para que el alma no se seque. 

 

Tiene mi alma su rosa perfecta
de tanto amar diariamente.
Se aman los ocasos o la luna llena,
se quieren el otoño, el mar, las aves
y los bosques de fronda espesa.

 

Como se quieren el lucero y el buho,
como se adoran la tormenta
y el trueno en el abismo oscuro,
así yo te adoro, amor mío.
Arroyo inagotable de cariño puro

 

¡Muerte, suelta la guadaña impura
y vete con quien, doliente, te invoca!
Yo tengo aún la dulce premura
de amar largamente hasta que los años
sean arena disuelta, ceniza desnuda.

 

Tengo la necesidad de ser orilla
en tus sueños y blanca luz
para tu goce, jardín para tu vida,
antes que la muerte enturbie
de oscuro frío mis mejillas.

 

Es del espíritu, el amor, un pasajero
efímero y sin esperar que la polilla 
de la agonía carcoma mi sendero,
he de amarte con mi corazón ardido
y el oleaje perpetuo del deseo.