Tengo un chivo morado
de barbas onduladas
bueno para las chivas
rodeándolas de lado.
En el campo cordillerano
donde el pasto no acaba
estaba lleno de chivas
contándolas de la mano.
Nicomedes una a una
las contaba con agrado
cada chiva no es ninguna
púes valen todas en el prado.
En la mitad de su cuento
apareció Pedro Urdemales
son tus chivas unos males
con respeto yo te enfrento.
Pues mis chivas son chilenas
a partir de tu mentira
varias en una tira
partiendo por chilenadas.
Tengo un blanco coipo
en un río haciendo hoyos
donde esconde unos pollos
ya que el agua les produce hipo.
Una de corta vista lechuza
de una bruja arrancada
por miedo creía cortada
las alas que ella usa.
Y para el cuento acabar
una burra casi coja
hay que ver como se enoja
cuando la tiran a arar.