Allá donde sonríe el pobre
Y las aves anidan sin temor,
Donde el sol es más frío
Y ruge intrépido el río,
Allí libero mi pensar
Echando desde el abismo
Mis deseos no cumplido,
Esperando el tardío verano,
Cómo quien espera la mañana,
Después de un largo pensar.
En esa colina frondosa
Donde cantan las copas
Entre álamos inquietos,
Abre mi ser la celda
Al colibrí encerrado,
Que bate las alas,
A rumbo desconocido.
Corre el arrollo cuesta abajo,
Y en ellos van mis anhelos,
Estoy ansioso de que algún día,
Las aguas de mis deseos,
Se junte con el mar iracundo.
Alex Gramt