El ámbar de tus ojos me sedujo,
cargo a ellos con los míos,
y abstraída mi mente me condujo
a ser sonámbulo a tus caprichos.
Mágica estrategia te diste cuenta
que su chispa prende mi vacío,
y cegada mi voluntad en renta,
la ocupa tu mirada vicio.
Hipnótica conduce a voluntades:
patéticas, ridículas indignas
me pierdo a mares,
en ella me signas.
Entonces soy tuyo: Ama,
tu esclavo, hechizado, perdido;
ante tu mirada ámbar.
Isaías Glez.