Ceñida a mi
Con su latido sostenido en mi pecho
como hundida en un mar de timidez
u oculta en un jardín de girasoles
Olvidándose de quién era
y casi sin respiraciones,
por sus pechos oprimidos con mis ojos
desató el nudo de sus temores
deslizando el vestido por su cuerpo
para salvar mi alma con un beso
A un costado de la cama, la abracé,
Deslizando mi mano hasta su cintura
Como abarcando su piel con mi deseo
Y aferrándome a su respiración que me redime
le susurre al oído que la amaba
Incapaz de esconder mi deseo con las manos
me aferre a sus labios para cubrirme
y casi desfalleciendo poco a poco
caí rendido en su lecho
donde se funde su cuerpo con mi anhelo
y la oscuridad se torna en luz en tus ojos