Al vaivén de las olas del mar,
Insospechado y voraz,
El temor se asoma,
En la penumbra del silencio,
Con mucho sigilo,
Llega y se queda,
En el aposento de tu alma,
Corroe, siembra dudas,
Y reprime el sentimiento,
Sin melodías,
Ni cantos gregorianos,
Asume la postura,
De aquí estoy,
Aquí me quedo,
Nublando la razón,
Los miedos entran al umbral,
Quemando el corazón,
Y sembrando desilusión.
Somos lágrimas de unos ojos,
Tibieza de un sentir,
La debilidad de un cuerpo,
Que se asusta y atemoriza,
Cuando no puede,
Palpar con sus manos,
La esencia del amor,
No hay barreras,
Más constantes,
Ni anhelos más confusos,
Que los que alberga,
Un punto en la distancia,
Somos materia,
Cuerpo tangible,
Que para creer,
Hemos de tocar.
Se vuelve efímero el amante,
Que sigue separado de su amada,
Mientras mira,
Un muro fronterizo,
Que lo aleja y causa el frio,
De la ausencia,
Y del MIEDO.
Colombiana.